Puede que nunca sea fácil confesar que no estás bien, que te
sientes solitario, que la suerte no se encuentra de tu parte. A veces es difícil
mirar hacia delante y luchar, olvidar el pasado y o volverlo a mirar. Pero tal
y como sabemos, después de la tormenta viene la calma, y solo con lluvia
podemos apreciar un bonito arcoíris.
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