Nueva adicción.

Y asi es como de repente conoces a una persona que lo cambia todo, lo revuelve todo para volver a colocarlo en un orden totalmente diferente. Pone patas arriba tus pensamientos y boca bajo tu mundo. Viene sin pedírselo, para quedarse, eso seguro. Cambia tu forma de concebir ciertas cosas, te hace replantearte todo.
Culpa suya es esta sonrisa, esta que está dibujada permanentemente en mi boca, esta que nadie me puede borrar. Esa cara de tonta que se me queda cuando leo su nombre o cuando le veo llegar.
¿Qué me está pasando? Tienes la culpa de mi felicidad.

Carpe diem.

Hoy me levanté con la sensación de que había perdido mucho, no hoy, si no toda mi vida. Siempre pensé que podría aprobechar más el momento y hacer las cosas mejor, pero hoy, ese sentimiento me pesa más que nunca. Me levanté como siempre, misma hora, misma cama, mismos planes; pero sin embargo algo era diferente, no era la misma esencia. Estaba perdiendo el tiempo.
Los segundos pasan y no vuelven, y esos 5 minutos de más en la cama son los que hacen que pierdas un bus o llegues tarde a alguna cita. Esos son los 5 minutos, que sumados a otros tantos cada día, desearías tener en otro momento para pasarlos con una persona especial, para hacer un trabajo que no te da tiempo a acabar.
No nos damos cuenta pero, incluso mientras estoy reflexionando esto, estoy perdiendo un tiempo que quizás algún día no tenga y desearía no haber gastado aquí.
Sal ahí fuera y disfruta de cada momento, de cada pequeño instante, porque, ¿quién quiere aburriemiento pudiendo tener diversión?