5.01.2012

Quién necesita palabras.


Respiro, me tranquilizo. Se que estás ahí, lo se perfectamente, te puedo ver.  Por un momento nuestras miradas se cruzan. Te has dado cuenta de que yo también estoy ahí. Podría ir y entablar conversación, una conversación sin quizás mucho sentido, de las de ‘’Hola ¿qué tal?’’ y poco más. Mejor no, sería demasiado absurdo, pues nosotros nos lo podríamos decir todo sin mediar palabra alguna. En vez de eso nos quedamos donde estamos, disfrutando de nuestros amigos, habiéndonos dicho todo cuando nuestras miradas compartieron camino.
Vuelvo a rastrear la zona, no me apetece perderte de vista ni un solo momento. Pero … ¿Dónde estás? Apenas hace un segundo estabas ahí y, de repente, te has ido sin siquiera esperarme o dedicarme una sonrisa de despedida.
 Todo sucede tan deprisa que no me doy cuenta de que ya estás detrás de mi, intentando entablar esa conversación absurda que yo no comencé. Respiro y me vuelvo a tranquilizar. Tengo que recordar que, al menos para ti, esto es un juego más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario