Un cambio en la dirección del viento.

Me gusta sentarme delante del ordenador, con una taza de té y un recuerdo en los labios. Pensar en lo que hemos sido, en lo que no fuimos y en lo que no seremos. En el rumbo imprevisto de los acontecimientos, de nuestros sentimientos. Cómo cambiamos de opinión, y empezamos a ser diferentes.  

Me gustaría ser diferente y decirte tantas cosas. Si te hablo cállate, dejame decirte todo eso que yo me callé, ahora quiero empezar por un ‘’hola’’ y acabar con un ‘’para siempre’’.