8.09.2012

La historia de ''Nunca Jamás''


Todo comenzó un Diciembre un tanto extraño. Por aquel entonces yo no pasaba frío, pues alguno brazos me daban calor, pero sin siquiera preverlo, me solté de ellos para quedarme en los tuyos. Nunca pensamos que pudiera ser posible, dos personas opuestas con mucho en común que pudieran estar así, buscando ambos un aire que nos faltaba cuando nos encontrábamos.
Diciembre dejó paso a Enero, un Enero solitario en el que en frío inundó cada recoveco de mi habitación. Para mediados de Febrero, quizás fuera el 14, conseguiste que todo el frio se derritiera, trayendo la dulce primavera a nuestro interior.
Los meses siguientes fueron confusos, quizás nuestra felicidad no era la misma y las confusiones se sucedieron unas a otras, como las hojas que caen de un árbol cuando llega el otoño. Íbamos en contra del mundo. Pasé mucho tiempo sin verte, no te pude hacer soplar unas velas por Mayo, ni te pude dar un dulce para celebrarlo, pero yo no me daba por vencida.
Sin quererlo, hicimos de Julio un Diciembre. Sabía que todo era complicado, pero ahí estábamos, atrás el paso de los meses la esencia no había cambiado. Me regalaste tu sonrisa y locura, me liabas,… ¡Cómo me liabas!  Y todo parecía perfecto, un secreto oculto entre nuestras sabanas.

Y ya llegó Agosto, dichoso mes. Cuando él se vaya tú te iras con él, y yo me quedaré aquí en las misma cuidad, rodeada de la misma gente, pero sola, sola y sin ti, buscando alguien que no seas tú y que me de algo parecido al calor que habíamos hecho explotar entre mis sabanas.

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